En líneas generales, Middlemarch ha mantenido su popularidad y sigue siendo considerada una de las obras maestras de la literatura inglesa[2] pese a que algunos críticos han expresado su disconformidad con el destino que se le asigna a Dorothea.
[3] En cambio Virginia Woolf se deshizo en elogios y describió Middlemarch como «un libro magnífico que es, con todas sus imperfecciones, una de las pocas novelas inglesas escritas para adultos».
En un principio se concibe como una historia sobre un ambicioso doctor, Lydgate, la familia Vinci y el señor Featherstone.
No sabemos cuando decide hacerlo pero en marzo de 1871 ya había empezado a unir ambas historias.
[11] Dorothea Brooke es una mujer idealista, acomodada, comprometida con planes para ayudar a los más necesitados de la localidad.
Poco a poco se va dando cuenta que ese gran proyecto en el que trabaja su marido está condenado al fracaso y sus sentimientos hacia él se convierten en decepción.
Dorothea traba una buena amistad con Will Ladislaw, un joven primo de Casaubon, pero este no le tiene en gran estima y, sospechando que Ladislaw pretende seducir a Dorothea para acceder a su fortuna, le cierra las puertas de su casa.
Mientras tanto, un joven e idealista doctor, Tertius Lydgate, ha llegado a Middlemarch con avanzadas ideas reformistas en materia de sanidad.
Para sobrellevar estas penalidades Lydgate se apoya en su amigo Camden Farebrother, el generoso y encantador cura de la parroquia local.
El último asunto de esta compleja trama se refiere a Ladislaw, que desde su encuentro inicial ha mantenido en secreto su amor por Dorothea.
Pese a su educación le faltan el tacto y la diplomacia necesarias para prosperar en una pequeña ciudad.
Cometen muchos fallos por ser idealistas, estar absortos en sí mismos y en general alejados de la realidad.
Estos errores les causan infelicidad y al final sus ilusiones se agotan.
No está interesado en contribuir a la disciplina por ella misma sino para enaltecer su ego y mejorar su imagen.
Aunque esto no le impide casarse por segunda vez con Ladislaw, al que apenas conoce.
Una vez casados se dan cuenta de lo poco que combinan uno con el otro.
Pero él no puede liberarse de Rosamond ni tampoco quiere abandonar sus pretensiones de entrar en la clase alta, lo que le proporcionaría el tiempo y los recursos necesarios para dirigir la investigación médica que pretende.
El señor Farebrother hace esto con mucho dolor por su parte ya que si Fred no consigue ser un hombre productivo él tendría su oportunidad de cortejar a Mary, a la que quiere para sí.
Al final Fred es recompensado cuando demuestra ser un hombre sensato y digno de confianza.
Rosamond Vincy Lydgate nunca abandona sus falsas ilusiones sobre sí misma y al final se da cuenta de que no es tan fácil estar casada con un médico idealista y que pertenecer a una familia adinerada no les garantiza la riqueza a ella y a su marido.
Virginia Woolf describe Middlemarch como "una de las pocas novelas inglesas escritas para adultos.
"[13] El Crítico Jerome Beaty dice que uno puede leer Middlemarch como la novela de George Eliot sobre la Reforma, aunque la historia política se toca solo indirectamente.
[16] En 1873, la poetisa Emily Dickinson escribió en una carta a sus primas Louise y Fannie Norcross:[17]