La biblioteca de Nag Hammadi (también conocida como los Manuscritos Chenoboskion y los Evangelios Gnósticos [a] ) es una colección de textos cristianos y gnósticos primitivos descubiertos cerca de la ciudad de Nag Hammadi , en el Alto Egipto, en 1945.
Un granjero local llamado Muhammed al-Samman encontró trece códices de papiro encuadernados en cuero enterrados en un frasco sellado. [1] Los escritos en estos códices comprenden 52 tratados en su mayoría gnósticos , pero también incluyen tres obras pertenecientes al Corpus Hermeticum y una traducción/alteración parcial de la República de Platón . En su introducción a The Nag Hammadi Library en inglés , James Robinson sugiere que estos códices pueden haber pertenecido a un monasterio pacomiano cercano y fueron enterrados después de que San Atanasio condenara el uso de libros no canónicos en su Carta Festal de 367 d . C. La hipótesis pacomiana ha sido ampliada aún más por Lundhaug y Jenott (2015, 2018) [2] [3] y fortalecida aún más por Linjamaa (2024). En su libro de 2024, Linjamaa sostiene que la biblioteca de Nag Hammadi era utilizada por una pequeña élite monástica intelectual en un monasterio de Pacomio, y que se utilizaba como una parte más pequeña de una biblioteca cristiana mucho más amplia. [4]
El contenido de los códices fue escrito en lengua copta . La más conocida de estas obras es probablemente el Evangelio de Tomás , del que los códices de Nag Hammadi contienen el único texto completo. Después del descubrimiento, los eruditos reconocieron que fragmentos de estos dichos atribuidos a Jesús aparecieron en manuscritos descubiertos en Oxirrinco en 1898 ( P. Oxy. 1 ), y se reconocieron citas coincidentes en otras fuentes cristianas primitivas. La mayoría de los intérpretes datan la redacción del Evangelio de Tomás en el siglo II, pero basándose en fuentes mucho más antiguas. [5] Los manuscritos enterrados datan de los siglos III y IV.
Los códices de Nag Hammadi se conservan actualmente en el Museo Copto de El Cairo , Egipto .
Los eruditos se dieron cuenta por primera vez de la existencia de la biblioteca de Nag Hammadi en 1946. Tras realizar investigaciones cuidadosas entre 1947 y 1950, Jean Doresse descubrió que un granjero local, que era un adolescente en ese momento, desenterró los textos de un cementerio en el desierto, ubicado cerca de tumbas de la Sexta Dinastía de Egipto . En la década de 1970, James Robinson buscó al granjero local en cuestión y lo identificó como Muhammad 'Ali al-Samman. Al-Samman le contó a Robinson una historia compleja que involucraba una disputa de sangre , canibalismo , excavación en busca de tierra fresca para uso agrícola y supersticiones sobre un genio . Su madre afirmó que quemó algunos de los manuscritos; Robinson los identificó con el Códice XII. Robinson dio múltiples versiones de esta entrevista, y el número de personas presentes en el descubrimiento oscilaba entre dos y ocho. [6] El relato de Jean Doresse no contiene ninguno de estos elementos.
Estudios posteriores han llamado la atención sobre la mención de al-Samman de un cadáver y un "lecho de carbón" en el lugar, aspectos de la historia que fueron negados vehementemente por el hermano de al-Samman. Se sugiere que la biblioteca fue inicialmente un simple robo de tumba, y los aspectos más fantasiosos de la historia fueron inventados como una historia de tapadera. Los entierros de libros eran comunes en Egipto en los primeros siglos d.C., pero si la biblioteca era un depósito funerario, esto entra en conflicto con la creencia de Robinson de que los manuscritos fueron escondidos deliberadamente por miedo a la persecución. En cambio, Lewis y Blount (2014) han propuesto que los códices de Nag Hammadi habían sido encargados privadamente por un individuo rico no monástico, y que los libros habían sido enterrados con él como elementos funerarios de prestigio. [7] La disputa de sangre [ aclaración necesaria ] , sin embargo, está bien atestiguada por múltiples fuentes. [8]
Poco a poco, la mayoría de los tratados fueron llegando a manos de Phokion J. Tanos , [9] un anticuario chipriota de El Cairo, y a partir de entonces fueron retenidos por el Departamento de Antigüedades, por temor a que fueran vendidos fuera del país. Después de la revolución de 1952, los textos fueron entregados al Museo Copto de El Cairo y declarados propiedad nacional. [10] Pahor Labib , el director del Museo Copto en ese momento, estaba interesado en mantener los manuscritos en su país de origen.
Mientras tanto, un solo códice había sido vendido en El Cairo a un anticuario belga . Después de un intento de vender el códice tanto en Nueva York como en París, fue adquirido por el Instituto Carl Gustav Jung en Zúrich en 1951, a través de la mediación de Gilles Quispel . Estaba destinado a ser un regalo de cumpleaños para Jung; por esta razón, este códice se conoce típicamente como el Códice Jung, siendo el Códice I en la colección. [10] La muerte de Jung en 1961 resultó en una disputa sobre la propiedad del Códice Jung; las páginas no fueron entregadas al Museo Copto de El Cairo hasta 1975, después de que se hubiera publicado una primera edición del texto. Los papiros finalmente se reunieron en El Cairo: del hallazgo de 1945, once libros completos y fragmentos de otros dos, "que suman más de 1000 páginas escritas", se conservan allí. [11]
La primera edición de un texto hallado en Nag Hammadi procedía del Códice Jung, del que apareció una traducción parcial en El Cairo en 1956, y se había planeado una única edición facsímil extensa. Debido a las difíciles circunstancias políticas de Egipto, los tratados individuales procedentes de las colecciones de El Cairo y de Zúrich se fueron publicando con lentitud.
Esta situación no cambió hasta 1966, con la celebración del Congreso de Messina en Italia . En esta conferencia, destinada a permitir a los académicos llegar a un consenso grupal sobre la definición del gnosticismo, James M. Robinson reunió a un grupo de editores y traductores cuya tarea expresa era publicar una edición bilingüe de los códices de Nag Hammadi en inglés, en colaboración con el Instituto de Antigüedad y Cristianismo de la Claremont Graduate University en Claremont, California , donde Robinson era miembro del cuerpo docente.
Robinson fue elegido secretario del Comité Internacional de los Códices de Nag Hammadi, creado en 1970 por la UNESCO y el Ministerio de Cultura egipcio; en esa función supervisó el proyecto. Entre 1972 y 1977 se publicó una edición facsímil en doce volúmenes, a la que se añadieron posteriormente en 1979 y 1984 la editorial Brill Publishers de Leiden , titulada The Facsimile Edition of the Nag Hammadi Codices. De esta forma, todos los textos estuvieron disponibles para que todos los interesados los estudiaran de alguna forma.
Al mismo tiempo, en la República Democrática Alemana , un grupo de eruditos, entre ellos Alexander Böhlig, Martin Krause y los eruditos del Nuevo Testamento Gesine Schenke, Hans-Martin Schenke y Hans-Gebhard Bethge, estaban preparando la primera traducción al alemán del hallazgo. Los tres últimos eruditos prepararon una traducción académica completa bajo los auspicios de la Universidad Humboldt de Berlín , que se publicó en 2001.
La traducción de James M. Robinson se publicó por primera vez en 1977, con el nombre de The Nag Hammadi Library in English , en colaboración entre EJ Brill y Harper & Row . La publicación en un solo volumen, según Robinson, "marcó el final de una etapa de la erudición sobre Nag Hammadi y el comienzo de otra" (desde el Prefacio hasta la tercera edición revisada). Las ediciones de bolsillo siguieron en 1981 y 1984, de EJ Brill y Harper, respectivamente. Una tercera edición, completamente revisada, se publicó en 1988. Esto marca la etapa final en la dispersión gradual de los textos gnósticos en el ámbito público más amplio: el conjunto completo de códices finalmente estuvo disponible en forma no adulterada para personas de todo el mundo, en una variedad de idiomas. También existe un aparato de referencia cruzada para la traducción de Robinson y el canon bíblico. [12]
En 1987, Bentley Layton , erudito de Yale , publicó otra edición en inglés titulada The Gnostic Scriptures: A New Translation with Annotations (Garden City: Doubleday & Co., 1987). El volumen incluía nuevas traducciones de la Biblioteca de Nag Hammadi, junto con extractos de los escritores heresiólogos y otro material gnóstico. Sigue siendo, junto con The Nag Hammadi Library en inglés, uno de los volúmenes de traducciones más accesibles del hallazgo de Nag Hammadi. Incluye extensas introducciones históricas a grupos gnósticos individuales, notas sobre la traducción, anotaciones al texto y la organización de los tratados en movimientos claramente definidos.
No todos los eruditos están de acuerdo en que toda la biblioteca deba ser considerada gnóstica. Paterson Brown ha sostenido que los tres Evangelios de Nag Hammadi, el de Tomás, el de Felipe y el de la Verdad, no pueden recibir esa etiqueta, ya que cada uno, en su opinión, puede afirmar explícitamente la realidad básica y la santidad de la vida encarnada, que el gnosticismo, por definición, considera ilusoria. [13]
La siguiente tabla contiene una lista de códices y tratados de la biblioteca de Nag Hammadi proporcionada por Aleksandr Leonovich Khosroev
. [14] [15] Las abreviaturas proceden de The Coptic Gnostic Library .El llamado "Códice XIII" no es un códice, sino más bien el texto de Protennoia trimórfica , escrito en "ocho hojas extraídas de un decimotercer libro en la antigüedad tardía y metidas dentro de la portada del sexto". (Robinson, NHLE, p. 10) Solo unas pocas líneas del comienzo de Origen del mundo son discernibles en la parte inferior de la octava hoja.
Aunque los manuscritos descubiertos en Nag Hammadi datan generalmente del siglo IV, existe cierto debate respecto a la composición original de los textos. [24]
Pero los seguidores de Valentín, dejando de lado todo temor, presentan sus propias composiciones y se jactan de tener más Evangelios de los que realmente existen. De hecho, su audacia ha llegado tan lejos que titulan su reciente composición El Evangelio de la Verdad.
Plotino, oriundo de Licópolis en Egipto, que vivió entre 205 y 270 fue el primer filósofo sistemático del [neoplatonismo]