En la capital francesa trabó amistad con Paul Gauguin y Alfons Mucha.
Se caracteriza por la tendencia al adorno, la línea en forma de arabesco, una amplia y rica gama de colores —con un especial gusto por el dorado—, y unas temáticas centradas en el símbolo, la alegoría y los temas populares.
Realizó también paisajes, retratos y escenas de interior.
[2] Entre sus obras destaca la decoración mural para el castillo de Wawel y para la basílica de Santa María (Cracovia), en colaboración con Jan Matejko.
[2] Realizó ilustraciones para las revistas Życie y Chimera.