Se formó en París con Jacques François Blondel e intentó adaptar el rococó francés al gusto alemán del siglo XVIII.
En 1706, antes de cumplir los once años, encontró acomodo en la corte del soberano en Mons.
Así hizo que Cuvilliés estudiara matemáticas y el arte de la fortificación.
A pesar de su pequeño tamaño, lo hizo ingresar en 1717, como abanderado, en su regimiento.
El rococó de Alemania del sur nació en la Residencia Electoral.
Como señalaba la Encyclopædia Britannica de 1911, «su estilo, aunque esencialmente ligero, a menudo es dolorosamente elaborado y extraño.
[2] Las mansiones que construyó en la misma época para la nobleza reflejan ese elegante rococó cortesano.
En 1745, cuando murió Carlos Alberto, la situación militar, económica y financiera de la corte electoral parecía desesperada.
[3] Para Cuvilliés, a quien no se le pagaba un salario desde 1742, las dificultades financieras de la corte fueron también un problema.
Durante esos años, Cuvilliés se dedicó de nuevo intensamente al dibujo.
Aquí, contrariamente al uso francés, la forma rocaille se talló en madera y estuco.
Influenciado tanto por ejemplos franceses como por los artistas bávaros de su entorno, sin dejar de evolucionar sus trabajos anteriores, Cuvilliés creó al mismo tiempo una variante propia del estilo rococó, un rococó cortesano muy minucioso, que pudo manifestarse por primera vez en la construcción de la nueva ópera, encargada por el príncipe elector Maximiliano III José (r. 1745-1777).
Se conservan todavía dos planos y tres secciones acuareladas en los Archivos Nacionales de Hesse, en Marburgo.
Aunque fue concebido para tener aproximadamente la mitad del tamaño de la Casa de la Ópera que se construyó posteriormente en Múnich, este teatro con balcones, con su palco principesco central, ya muestra los elementos esenciales de la disposición y también se encuentran, en particular, los motivos del ornamento.
Sin embargo, aún domina el componente bávaro, por lo que se le cuenta entre los grandes maestros del rococó alemán .