Fíbula
Se denomina fíbula (palabra proveniente del latín fibula, ‘aguja’)[1] a todo tipo de piezas, metálicas o de hueso, utilizadas en la antigüedad para unir o sujetar alguna de las prendas que componían el vestido, ya que los botones no se desarrollaron hasta muy entrada la Edad Media.En las edades del Bronce y La Téne varían según el momento con diferentes formas: de violín, de ballesta, de espiral, zoomorfas, etc.[1] Una variante de estas fíbulas se llama hispánica porque solo se encuentra en la península ibérica y es propia del arte ibérico.Entre las fíbulas griegas, fenicias, celtas, etruscas y romanas que se hallan recogidas en los museos se aprecia una gran variedad de formas y de decoraciones, lo que prueba la gran importancia que daban a este complemento los antiguos para sus trajes.Esta importancia fue mayor aún entre los bizantinos y sus imitadores (como los visigodos) adornando las fíbulas con perlas y colgantes de vidrio como lo reflejan especialmente los mosaicos de dicha época.La palabra latina fibula es el étimo del español hebilla, única pieza del conjunto de la fíbula aun en uso hoy en día.