Nacido en Canadá, estudió educación física en Montreal antes de mudarse a los Estados Unidos.
El Naismith Memorial Basketball Hall of Fame de Springfield se llama así en su honor.
[4] Su padre, John Naismith, había emigrado desde Escocia a Canadá con 14 años y vivió hasta los 18 en la granja de su tío.
[6] Su nuevo hogar estaba a mitad de camino entre Bennie's Corner, donde recibió su educación primaria, y Almonte, donde comenzó su enseñanza secundaria.
La distancia desde su casa era aproximadamente la misma, unos cuatro kilómetros que recorría a pie, pero en sentidos opuestos.
Un jugador, llamado guardián, se hallaba al lado del objetivo y era el responsable de la piedra que debía ser derribada.
Con el tiempo, los jugadores observaron que un tiro directo, si no acertaba en la diana, les obligaba a recorrer una distancia mayor para recuperarla, concediendo al guardián más probabilidades de capturarlos.
[10] Naismith abandonó el instituto durante su segundo año para trabajar a tiempo completo en la granja y como leñador en los inviernos, cuando había menos trabajo en casa, e incluso trató de alistarse en la Policía Montada del Noroeste, aunque fue rechazado por ser demasiado joven.
Sin embargo, gracias a su tenacidad y esfuerzo consiguió aprobar los cuatro cursos en dos años.
[13] Fue durante esos años en Montreal en los que conoció la educación física a través de Frederick Barnjum, director del programa atlético de McGill y figura legendaria del deporte universitario canadiense.
Sin embargo, tanto sus profesores como sus familiares consideraban inapropiada para un futuro clérigo su afición desmesurada al atletismo.
Cumplido dicho requisito ya podía aspirar a ser nombrado pastor de una comunidad.
[21] Allí coincidió también con una de las figuras históricas del fútbol estadounidense, Amos Alonzo Stagg.
Sin embargo, cuando llegaba el invierno, los jóvenes deportistas no tenían más opciones, si querían mantenerse en forma, que entrenarse a cubierto.
El problema consistía en que la gimnasia, la calistenia y otros ejercicios similares les resultaban aburridos.
Fue entonces cuando a James Naismith se le ocurrió inventar el baloncesto y sus 13 reglas.
A finales de los años 1930 Naismith tuvo un despempeño destacado en la formación de la National Association of Intercollegiate Basketball, que más tarde se convertiría en la National Association of Intercollegiate Athletics.