Algunos jugadores agregan viseras de policarbonato en los cascos para proteger los ojos del deslumbramiento o golpes.
Aunque los cascos son protectores, los jugadores pueden y sufren todavía lesiones en la cabeza como contusiones.
Cada posición tiene un tipo diferente de mascarilla para equilibrar la protección y la visibilidad.
Adicionalmente, otras fuentes acreditan la invención del casco del fútbol a Joseph M. Reeves, (jugador de los Navy Midshipmen, quien llegaría a ser luego conocido como el "Padre de la Aviación Transporada" al lograr integrar a los portaaviones a la Flota de Estados Unidos), que tuvo un dispositivo protector para la cabeza que hizo con piel de topo para permitirle jugar en 1893 en el partido contra los Army Black Knights.
Actualmente no existe algún casco que prevenga al 100% una contusión cerebral.