Los primeros restos fósiles, el cráneo de un niño conocido como el niño de Taung, fueron descubiertos en 1924 por Raymond Dart en Taung, Sudáfrica,[1] pero no fue tomado en cuenta hasta 30 años después.Es decir, como otros Australopithecus, A. africanus tenía una marcha bípeda, aunque aún conservaba costumbres arborícolas.Sus piezas dentales no se diferencian mucho de las del humano.Recientes estudios han demostrado que podía partir semillas y frutos secos grandes con sus dientes, lo que le habría dado una gran ventaja en épocas de escasez de otros alimentos más blandos.[6] También es importante mencionar que desaparece el diastema (separación entre incisivos), o es muy escaso.