El 5,45 × 39 mm es un ejemplo de una tendencia internacional hacia calibres pequeños para uso militar.El primer cartucho para ejército soviético, 5N7, producido en 1974, usa proyectiles encamisados de una construcción algo compleja.El proyectil se corta a la longitud especificada durante el proceso de manufactura, para proporcionar el peso correcto.El fulminante tiene una tapa de cobre y está sellado con laca roja.En la antigua Unión Soviética se produjo en Rusia, Kirguistán, Uzbekistán, y Ucrania.[3] Algunas autoridades occidentales creían que esta bala fue diseñada para revolverse en el cuerpo del blanco para aumentar la habilidad de herir.En ese tiempo se creía que la guiñada y la cavitación del proyectil eran los principales responsables por el daño a los tejidos.Martin Fackler realizó un estudio con un fusil de asalto AK-74 usando cerdos vivos y gelatina balística, demostrando que la munición 5,45×39mm no fragmenta infaliblemente ni causa desgarros considerables de tejido.Los 7N22 pueden ser identificados por el anillo rojo sobre el cuello del cartucho y la punta negra.Cuando se usan estos cartuchos entrenamiento se coloca un adaptador para munición de fogueo en la boca del arma para generar el aumento de presión necesario para accionar el fusil, que también sirve para romper los proyectiles plásticos.