Con su mandato comenzó un período de dominio republicano, en el que se fomentó la actividad mercantil.
El regimiento fue enviado al oeste de Virginia, donde pasó un año luchando contra pequeños destacamentos confederados.
Posteriormente continuó ascendiendo hasta que en 1865, al finalizar la guerra, había alcanzado el rango de mayor.
En 1869 conoció a quien sería su esposa, Ida Saxton, con la que contraería matrimonio dos años después.
Esta impopular medida, junto con una gerrymandering, provocó que perdiera su sillón en la Cámara de Representantes.
Tras la designación en el congreso del partido regresó a su casa en Canton, Ohio, desde donde dirigió toda su campaña.
Gracias a este discurso McKinley obtuvo numerosos votos en zonas obreras y de minorías étnicas, hasta ese momento feudo del partido demócrata.
Finalmente, y aunque inicialmente Bryan encabezaba las encuestas, la victoria se decantó del lado de McKinley por un amplio margen.
La solución fue anexionar Hawái mediante una resolución común que tan solo requería mayoría en ambas cámaras del Congreso.
En Filipinas, su pretensión era instalar una base para negociar con China y posicionarse dentro de la política asiática.
La guerra terminó con la victoria de Estados Unidos y Filipinas finalmente obtuvo la independencia en 1945.
[1] En Cuba, McKinley encontró el apoyo de la oligarquía cubana la cual anhelaba la independencia para poder comerciar libremente.
La opinión pública estadounidense influida por la prensa amarilla dirigida por el magnate William Randolph Hearst comenzó a apoyar una salida armada al conflicto.
Una de esas personas era el anarquista Leon Czolgosz quien lo esperaba con un revólver tapado por un pañuelo en su mano derecha.
En la feria se había presentado la máquina de rayos X, pero los doctores eran reacios a su utilización dado que desconocían los posibles efectos secundarios.
En la mañana del 12 de septiembre, recibió su primer alimento oral lo que le hizo sentirse mejor.
Desconocida para los médicos, la gangrena comenzó a crecer en las paredes del estómago, envenenando lentamente su sangre.
Theodore Roosevelt regresó de Buffalo y realizó el juramento en la oficina como presidente.