Reconcentración

La medida creó una situación compleja al no poder suministrar alimentos a estas poblaciones con graves condiciones de insalubridad que experimentaron hambrunas y epidemias, tanto en los soldados españoles como en la población civil, volviéndola altamente impopular.

[2]​ El historiador John Lawrence Tone caracteriza la política de reconcentración como genocida.

:[4]​ Cánovas del Castillo sobre esta guerra afirma que se hará hasta el último hombre y hasta la última peseta, sustituye a Martínez Campos y nombra a Weyler como Capitán General.

No existían tampoco lavabos, ni camas, lo cual favorecía los casos de disentería y diversas infecciones gastrointestinales.

El estadounidense Stephen Bonsal, citado por el historiador cubano José Manuel Cabrera, aporta datos difícilmente cuantificables, por carecerse de fuentes fidedignas, estimando a finales de 1896 unos 400 000 cubanos no combatientes reconcentrados.

Fotografía de un niño, víctima de la desnutrición y el hacinamiento, durante la Reconcentración de Weyler en Cuba.
Víctimas de la Reconcentración de Weyler.
Caricaturas de Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst vestidos como The Yellow Kid , satirizando su papel como tergiversadores de la opinión pública estadounidense para ir a la guerra contra España.