Durante su infancia vivió en el centro de la ciudad, en un antiguo edificio en Catamarca 1421 esquina con Corrientes.
Como buen «futbolero» siempre mostró su simpatía por el equipo al que seguía desde pequeño, Rosario Central.
Su segunda esposa, Gabriela Mahy, lo conoció en 2002 y contrajeron matrimonio en noviembre de 2006, previo divorcio.
«Los rosarinos somos creativos; a falta de paisaje, Rosario tiene lindas minas y buen fútbol.
Desde los años noventa, la mesa se mudó al bar La Sede hasta la reapertura de El Cairo.
Fontanarrosa era un verdadero habitué, declarando una vez: «Yo, al cielo, le pondría canchitas de fútbol y un par de bares, porque en el bar estás en tu casa y a la vez estás balconeando la calle».
En 2003 se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica,[4] por lo que desde 2006 utilizó frecuentemente una silla de ruedas.
[12] Desde 2014, por ordenanza del Concejo Municipal de Rosario, su casa natal fue declarada esquina “Roberto Fontanarrosa” .
Asimismo, el cuento El mundo ha vivido equivocado ha sido adaptado innumerables veces para teatro.