En 1910, Ethel Smyth se unió a la Unión Social y Política de las Mujeres (Women's Social and Political Union, WSPU), una organización militante sufragista de la que también formó parte su sobrina Norah Smyth,[2] abandonando la música durante dos años para dedicarse a la causa.
[3] Cuando Thomas Beecham fue a visitarla allí, se encontró a sufragistas marchando en un cuadrángulo y cantando mientras Smyth se apoyaba en una ventana y conducía la canción con un cepillo de dientes.
Esta experiencia casi le costó la vida, ya que acarreaba problemas auditivos y en noviembre de 1918 sufrió una doble neumonía y pleuritis que superó ya en Inglaterra.
[5] En 2020, setenta y seis años después de su fallecimiento, fue nominada a un premio Grammy por la sinfonía The Prison, grabada en 1930.
[3] Su oído se deterioró en sus últimos años, y escribió muy poca música.
Murió en Woking a los 86 años de edad y sus restos fueron incinerados.