En el yacimiento se han encontrado piezas arqueológicas romanas y bizantinas, además de visigodas.
Reproduce el modelo clásico de villas con galería y torres angulares en las esquinas.
El piso superior, donde se disponían los espacios del señor, estaba pavimentado con un suelo de opus signinum con baldosas bizcochadas.
Este esquema presenta elementos de continuidad con las villas clásicas, pero con características nuevas como la planta residencial del piso superior, siendo sus paralelos más cercanos los palacios bizantinos de la época justiniana, como Qasr ibn Wardan (Siria).
También son muy numeroso los elementos sustentantes - capiteles, columnas, basas, dovelas, etc. -, aunque sin funcionalidad arquitectónica.
Es un fenómeno habitual en el mundo tardoantiguo peninsular, que no obedece a importaciones orientales, tal como hasta hace poco se había planteado.
Dicha decoración desarrolla una iconografía similar a la que hemos citado en la escultura, al menos en la planta superior.
La epigrafía que se ha conservado en Pla de Nadal es muy escasa, pero muy reveladora y significativa.
Las dos piezas se refieren al promotor del edificio, el Dux del territorio de Valentia que suscribió un pacto con los árabes para gobernar la zona litoral de la antigua provincia Carthaginensis y que seguramente intentó configurar un territorio más o menos independiente en estas tierras.
Estos acuerdos entre los invasores musulmanes y las élites visigodas fueron muy habituales en los primeros tiempos de la conquista.
No fue el caso de Teodomiro, demasiado cerca de la zona neurálgica del poder andalusí, que a duras penas mantuvo su autonomía, y poco a poco vio mermado su patrimonio.