[12] Se decía que había competido por el amor de Cloris con su hermano Bóreas, a quien terminó ganando.
[13] Si bien otro autor, en cambio, nos dice que Céfiro fue el padre del caballo Arión, en su unión con otra de las Harpías.
Ambos compitieron por el amor del muchacho, este eligió a Apolo y Céfiro enloqueció de celos.
Su equivalente en la mitología romana era Favonio[18] (Favonius, ‘favorable’), quien ostentaba el dominio sobre las plantas y flores.
Varios autores dejaron atestiguados al menos dos templos en donde se le rendía culto, uno en Rodas[19] y otro en el Ática.