Esta hazaña le convirtió en un héroe en el mundo musulmán, pero no evitó su asesinato dos años más tarde a manos de un esclavo.
[5] En 1154 redondeó estos triunfos con la toma de Damasco, capturada a los emires buyíes que la habían gobernado hasta entonces.
Apresó a otro príncipe antioqueño, Reinaldo de Châtillon, y redujo notablemente los territorios que controlaba este Estado.
[6] Nur ad-Din murió inesperadamente en 1174 cuando se preparaba para invadir Egipto y someter al rebelde Saladino.
Saladino conquistó Alepo dos años más tarde, victoria que puso fin al dominio zanguí en Siria.