Desde entonces, Yuko tiene frecuentes pesadillas sobre el suceso y se pone muy aterrada ante cualquier situación demasiado sangrienta o violenta, al punto que incluso oír menciones sobre cine gore la obligaban a pasar todo el día en la enfermería del colegio.[3].
Tras esto, Yuko no quiso asistir al instituto durante una temporada, permaneciendo encerrada en su habitación en estado de crisis.
Su madre, Kaori Sakaki (榊かおり, Sakaki Kaori), y su padre, Souichiro Sakaki, quien ya demostraba alguna molestia contra el pastor Min por como había influido en su hija, intentan entrar en su habitación para ayudarla y darle cariño, pero Yuko los culpa y considera malas personas por haberla hecho ir a un lugar donde habían "demonios", cierra la puerta y le rompe la mano su padre, esto hace que Yuko se calme porque no hubo ninguna reacción violenta por parte de su padre, quien le pide que demuestre más fe en sí misma y en las personas, esto la hace razonar que si ella es capaz de lastimar a alguien quizás la violencia no tiene que ver con el género.
Aunque ella no vio la pelea ni conocía las circunstancias sobre lo sucedido, ver a su compañero de pie junto al cuerpo de Oki fue suficiente para tergiversar el recuerdo hasta verlo como un asesinato a sangre fría y prefiriera creer que Shuya lo asesino por placer[9].
[4] En el manga, tras ver cómo todas sus amigas se han asesinado entre sí, Yuko comienza a gritar que no es su culpa ya que esto solo es Voluntad de Dios.
Shuya oye los disparos, pero por la brutalidad del tiroteo asume que Kazuo Kiriyama ha encontrado el refugio y tras muchos intentos logra romper la puerta, solo para encontrar a todas muertas excepto a Yuko, quien le dispara con la Uzi sin lograr acertarle ya que por la potencia del arma no puede apuntar correctamente.
Mientras escapa por las escaleras hacia el mirador lo acusa de ser un demonio que viene a matarla tal como hizo con Oki.
Incapaz de tolerar lo que ha hecho, se arroja nuevamente al vacío mientras razona que a veces los demonios ganan; al azotarse contra las rocas su cuerpo se parte a la mitad y sus extremidades quedan destrozadas, pero en su cara hay una sonrisa de tristeza.
En la azotea, ella se lanza al vacío mientras Nanahara ve los cuerpos del resto de las chicas.