[3] Existen diferentes versiones que sitúan la aparición de la frase en Buenos Aires, en las dos primeras décadas del siglo XX.
[4] Una versión del origen de la frase fue dada por el filólogo y periodista argentino Héctor Zimmerman en su libro Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato.
Según Zimmerman, la frase fue creada por miembros de clase alta en Europa, sorprendidos por la Primera Guerra Mundial (1914-1918), frente a la cual Argentina se declaró neutral y reacios a cruzar el Atlántico para regresar, debido al peligro de que el buque fuera atacado.
Según Goldman la frase era usada por hombres, mujeres y niños judíos ante las hordas de las guardias blancas parapoliciales que atacaron los barrios de Once y Villa Crespo, para salvar la vida.
[5] En la canción «La argentinidad al palo», compuesta por la banda de rock Bersuit Vergarabat y perteneciente al álbum del mismo nombre de 2004; recrea esta expresión, que suele llevar la cultura argentina:[8]