Años más tarde, en 1917 da a conocer su primer poema dramático titulado 1810 en el Teatro Solís de Montevideo.
Este poema que enaltece la gesta patria Argentina, concita un éxito que lo lleva a reeditarlo en el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires con el elenco de Pascual Carcavallo.
Al año siguiente edita su segundo poema dramático, llamado El Matrero, el cual nuevamente suscita una gran aceptación por parte del público, y es adaptado a una opera posteriormente por el maestro Felipe Boero, convirtiéndose de esa forma en la primera ópera argentina.
En años posteriores daría a conocer obras como La lanza rota, Juan Sin Tierra o El fraile Aldao, lo que sumado a sus dos éxitos anteriores terminaron por erigirlo en uno de los dramaturgos más importantes de Argentina y Uruguay.
Posteriormente edita otros libros del género como Humo de Marlos, Cansado y Cimarrones, en los que se puede apreciar una gran capacidad narrativa.