Justino Zavala Muniz

Mantuvo una larga trayectoria dejando un legado de múltiples instituciones culturales y artísticas nacionales.

En 1917 es becado en mérito a las altas calificaciones obtenidas y se traslada Montevideo para estudiar abogacía, uniéndose al llegar a los dirigentes estudiantiles que luchan por la Reforma Universitaria.

Meses después, José Batlle y Ordóñez se interesa por conocerlo y posteriormente ingresa en la redacción del diario “El Día” Es incluido por Batlle en una lista como suplente para la Cámara Departamental en Montevideo.

Justino Zavala Muniz es el último orador, en aquella dramática madrugada, de la memorable Asamblea del Parlamento uruguayo.

En el año 1938 estrena su segunda obra de teatro “En un Rincón del Tacuarí” que, pese a su éxito, retira de cartel por no someterse a las imposiciones del gobierno.

Esto provoca un homenaje público que organiza en su sede el Ateneo de Montevideo.

En 1940 estrena “Alto Alegre” en Buenos Aires y en 1942 “Fausto Garay un Caudillo” en la ciudad de Montevideo.

En ese período es encargado a integrar una Comisión, junto a otros como Alfeo Brum, César Mayo Guitérrez y otros, un Proyecto de Reforma Agraria, que es presentado en la Cámara y culmina en la creación del Instituto Nacional de Colonización.

Desde entonces, es dos veces reelecto y preside durante su permanencia en el Senado, la Comisión de Instrucción Pública.

En el mismo año, la Editorial mejicana “Fondo de Cultura Económica”, publica en la Colección “Tierra Firme” su obra “Batlle, un héroe civil”.

Bajo su presidencia se crea la Comedia Nacional, la Escuela Municipal de Música, la Escuela Municipal de Arte Dramático y el Museo y Biblioteca del Teatro Solís.

El primer Consejo lo designa como Ministro de Instrucción Pública y Previsión Social.

Desde este Ministerio impulsa un gran movimiento en todos los órdenes de la creación literaria y artística.

Ese mismo año es electo en las elecciones generales como miembro del Consejo Nacional de Gobierno.

En homenaje a su memoria, una de las salas del Teatro Solís lleva su nombre.

Justino Zavala Muniz en 1956