Durante su infancia fue un niño piadoso que llegó a recibir un premio del Custodio Islámico por su talento memorizando el Corán.
Casado y con un hijo, Ayyash tenía pensado estudiar un máster en Jordania, pero las autoridades israelíes le negaron el permiso de viaje.
[1] Hamás declaró que vengaría esta masacre y desencadenó una ola de atentados suicidas con bombas fabricadas por Ayyash.
[1] Dado que el TNT y otros explosivos más comunes no solían estar disponibles en los territorios palestinos ocupados, Ayyash a menudo usaba una combinación de acetona y detergente, ya que ambos son productos domésticos fáciles de encontrar.
Tras evacuar la zona, zapadores israelíes usaron un robot con una escopeta para disparar al detonador e intentar así desactivarlo.
[1] Sin embargo, el entonces jefe del Shabak, que se encontraba enormemente cuestionado por su fallo a la hora de evitar el asesinato de Isaac Rabin en 1995, presionó al primer ministro israelí Shimon Peres para obtener permiso para su asesinato.
[1] El líder de la oposición israelí, Benjamin Netanyahu, comenzó a criticar a Peres afirmando que solo podía obtener "paz sin seguridad", mientras que él prometía "paz con seguridad".