XXV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética

El entonces Secretario General del PCUS Leonid Brézhnev saludó a los 4.998 delegados soviéticos y a los representantes provenientes de 96 partidos comunistas de todo el mundo entonces alineados con la URSS.

Entre las naciones comunistas, tan sólo las “antirrevisionistas” República Popular China y Albania, las cuales estaban distanciadas de la URSS después del denominado cisma sino-soviético de 1960, no enviaron representantes.

[1]​ El Congreso en sí mismo produjo pocas sorpresas, con el principal énfasis puesto en la estabilidad política y económica, además de en la perspectiva de un eventual éxito en el futuro.

Una de los principales problemas a los que se enfrentaban los líderes soviéticos, pero que hasta entonces todavía era continuamente evadido, era el del envejecimiento y la cada vez más evidente necesidad de rejuvenecer el Politburó, cuyos miembros tenían una edad promedio de 66 años, mientras que el propio Leonid Brézhnev ya tenía 69 años.

No obstante este preocupante problema que ya estaba comenzando a transformar al régimen soviético en cada vez más gerontocrático, la membresía de este selecto grupo partidario permaneció prácticamente sin cambios, al margen de que dos nuevos miembros fueron ascendidos al Politburó, Dmitri Ustínov y Grigori Románov, llevando su entonces número a dieciséis.