William H. Calvin
[1] Ha trabajado en las consecuencias de los cambios climáticos (glaciaciones) para la evolución humana y también en las cuestiones más actuales del cambio climático mundial (véase su libro Global Fever, 2000) En su libro de 1996 ¿Cómo piensa el cerebro: evolución de la Inteligencia, entonces y ahora, Calvin se convierte en un defensor de la idea según la cual los procesos darwinianos han estructurado el cerebro permitiéndole adquirir o alcanzar lo que llamamos conciencia e inteligencia.Calvin divide los procesos cerebrales en dos tipos, los que dependen de rutas cerebrales ('hardware' -soporte físico-) y los que se pueden moverse libremente a través de todo el cerebro y por lo tanto son capaces de funcionar como 'software' -soporte lógico-.La gran diferencia, la clave, es que mientras que todos los reproductores electrónicos están, básicamente, diseñados para hacer la misma tarea, las distintas minicolumnas corticales tienen su propia y única ruta cerebral que hace que la ejecución del juego -del código de información-, no resulte un duplicado exacto de ningún patrón y resulte único.Estas ideas aparecen en su obra Una breve historia de la mente, donde señala: Posiblemente estamos cambiando de nuevo la velocidad, haciendo malabarismos con más conceptos y tomando decisiones más rápidamente, imaginando acciones de mayor profundidad.La ética sólo es posible a un nivel humano debido y gracias a la capacidad de especular, la calidad del juicio, y en consecuencia la modificación de nuestras posibles acciones.