William Griggs

Como Patton indica, por entonces, todavía eran las mujeres las encargadas de la atención a los enfermos y solo se llamaba al médico ante una enfermedad persistente o síntomas inusuales.

Sin embargo, cuando una condición física persistía y el paciente no podía explicar ninguna deficiencia espiritual que la pudiera provocar, se buscaba un factor externo como causa, tales como brujería y mal de ojo.

[1]​ Según el libro contemporáneo del testigo presencial John Hale, A Modest Inquiry into the Nature of Witchcraft, Parris consultó primero a los magistrados y ministros eclesiásticos de Salem, que concluyeron que las aflicciones eran "sobrenaturales" y le aconsejaron orar.

Hale es el único que describe los síntomas en su obra, "eran mordidas y pellizcadas por agentes invisibles", sus cuellos y brazos se retorcían, gritaban de dolor, corrían por las habitaciones, se escondían bajo las sillas...[2]​ Una vecina, Mary Sibley, recomendó preparar un "pastel de brujas" al esclavo de los Parris, John Indian, con el que supuestamente se podría averiguar si efectivamente era brujería lo que afectaba a las niñas.

Su esposa Tituba preparó la receta y las niñas la acusaron de ser la bruja que las afligía.