Wang Yuanlu

[1]​ Continuó entonces su vida errante, que lo condujo finalmente hasta las cuevas de Mogao, donde decidió establecerse.

Se le encargó a Wang Yuanlu vigilar la cueva, garantizando que no desaparecería nada.

Desgraciadamente, la noticia del descubrimiento se había difundido muy lejos, y siete años después del descubrimiento, los exploradores occidentales comenzaron a llegar a Dunhuang para lo que resultó ser una verdadera caza del tesoro.

El explorador inglés Sir Aurel Stein y después el sinólogo francés Paul Pelliot fueron a Dunhuang, y negociaron con Wang Yuanlu la compra de varias decenas de millares de manuscritos, documentos, pinturas sobre seda, y otros objetos preciosos, por una suma de dinero muy reducida.

Entre los objetos comprados por Sir Aurel Stein se encontraba por ejemplo el Sutra del diamante, impreso en el año 868, lo que lo convierte en una de las obras impresas más antiguas conservadas del mundo.

Fotografía de Wang Yuanlu.
Ilustración del Sutra del diamante.