Antes del comienzo de la Vuelta, todo hacía presagiar un nuevo duelo entre Aitor González, Roberto Heras y Óscar Sevilla.
Igor González de Galdeano, Francisco Mancebo o Ángel Casero eran otros ciclista que partían con opciones al triunfo final.
En la 4.ª etapa, el hasta entonces desconocido Isidro Nozal se hizo con el liderato merced a una escapada.
Aitor González se situaba a diez minutos, y en la etapa siguiente abandonaría la Vuelta.
Tras la etapa con final en Collado Villalba, Heras permanecía segundo a dos minutos de Nozal.