Los insectos son el único grupo de invertebrados que ha evolucionado alas y vuelo.
Dos grupos de insectos, Odonata (las libélulas) y Ephemeroptera (las efímeras) tienen músculos del vuelo insertados directamente en las alas.
En los otros insectos los músculos del vuelo están insertados en el tórax y lo hacen oscilar, lo cual induce el movimiento de las alas.
[1][3] En algunos grupos, el golpe hacia abajo se obtiene solamente por medio de la reacción elástica del tórax cuando los músculos tergoesternales están relajados.
Los insectos que sacuden sus alas menos de cien veces por segundo usan músculos sincrónicos.
Estos son un tipo de músculos que se contraen una sola vez por cada impulso nervios.
La teoría sugiere que estos lóbulos se hicieron gradualmente más grandes y después desarrollaron una articulación con el tórax.
Esto fue propuesto por Trueman basado en un estudio de Goldschmidt de 1945 en Drosophila melanogaster en la cual la variación pod despliega una mutación que transforma un ala normal a lo que se interpreta como una pata con tres articulaciones, con algunos apéndices adicionales pero sin tarso, donde se encontraría normalmente la superficie costal del ala.
La inervación, articulación y musculatura requeridas para la evolución de las alas están presentes en los segmentos del miembro (podomeros).