Vuelo 725 de TAESA

El 9 de noviembre de 1999 debido a un desperfecto en los slats, ubicados en las alas del avión, DC-9, se accidentó falleciendo las 18 personas a bordo.

El capitán era Jesús José Gracián y el primer oficial Héctor Valdez.

[1]​ A las siete de la noche, mientras realizaba el despegue en Uruapan, se experimentó un suceso extraño en el avión.

Aproximadamente 12 kilómetros después, el avión se desplomó sobre un campo de aguacates.

La investigación concluyó en que basado en los registros de mantenimiento del mismo avión, mostró que el avión no estaba en las condiciones necesarias para realizar el vuelo.

La compañía negó dichas acusaciones, afirmando que el avión estaba "en perfectas condiciones" para volar.