El avión se estrelló aproximadamente a 32 km (20 millas) del aeropuerto JFK.
Muchos de los que sobrevivieron resultaron gravemente heridos y necesitaron meses o años para recuperarse físicamente.
Los investigadores de la NTSB analizaron varios factores que contribuyeron al accidente.
Esta conclusión fue controvertida, con desacuerdo entre investigadores, pasajeros y Avianca sobre quién era el responsable final.
77 minutos después de entrar en espera, el control aéreo preguntó a la tripulación cuánto tiempo podrían seguir volando, a lo que el primer oficial respondió "...about five minutes."
El control aéreo informó de estos vientos a 1500 pies (450 metros).
Para este momento, el avión no tenía suficiente combustible para intentar otra aproximación.
La tripulación alertó al controlador aéreo del problema "We're running out of fuel, sir."
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) intentó inculpar del accidente como un error del piloto, debido a que la tripulación nunca comunicó la emergencia usando la palabra inglesa -"emergency"- por bajos niveles de combustible como lo determinan las directrices de la IATA, la tripulación aparentemente usó la palabra-"priority".
La tripulación fue informada de un aproximación "prioritaria", que, debido a las diferencias entre inglés y español, pudo ser interpretada como una emergencia por los pilotos hispanoparlantes, pero no por los controladores angloparlantes.
Avianca demandó a la FAA por la negligencia y errores de los controladores aéreos.
En el momento del impacto solo quedaban unos cuantos litros de Combustible en los tanques.