Bajo la dominación etrusca, Velatri alcanzaría un notable desarrollo económico, llegando a registrar una población de 25 000 personas.
En el siglo XIII, Volterra estuvo sumida en las luchas entre güelfos y gibelinos.
Además de sus murallas del siglo XII, Volterra preserva sus características medievales a causa de un trazado urbano basado en callecitas tortuosas, en casas con torres, iglesias y palacios.
El Renacimiento también ejerce una influencia arquitectónica importante y, aunque en perfecta armonía con las antiguas estructuras, no altera su aspecto medieval.
En el siglo XIX, el aristócrata Marcello Inghirami Fei, un preclaro artista local y hábil técnico, desarrolló esa actividad mediante el diseño de una nueva maquinaria para la extracción del alabastro y fundó una prestigiosa escuela donde los jóvenes aprendían una técnica avanzada para trabajar esa piedra maleable y semitransparente.