Perteneciente a una familia de tradición comunista, estudió en el Liceo Darío Salas, desde donde egresó en 1968.
Luego del golpe, su padre pasó a vivir en la clandestinidad ante el temor de ser detenido por la dictadura militar.
La familia Díaz debió subsistir con trabajos menores y la ayuda de otros parientes.
Tras la detención, Viviana se dedicó por completo a obtener una versión oficial sobre la situación de su padre, incluso ante la justicia ordinaria, cuestión que no fructificó.
En una primera etapa el caso Conferencia fue llevado por el juez Víctor Montiglio, y aún está en proceso, a la espera de una sentencia definitiva.