Vittorio De Seta
[2] reconocido por una serie de documentales realizados durante los cincuenta del cine neorrealista.Estos trabajos resultan especialmente singulares para la época por la ausencia de una narración que comente las imágenes, así como por el uso del technicolor y el cinemascope, recursos poco comunes en el ámbito documental.[4] Esta formación se ve reflejada más tarde en películas como Banditi a Orgosolo (1961, Premio Ópera Prima en el Festival de Venecia)[2] o Diario di un maestro (1972, miniserie de televisión),[2] donde difumina las fronteras entre ficción y documental en búsqueda de imágenes más reales.[4] Los documentales habían sido realizados en los años 1950, y representan uno de los ejercicios más destacables del cine neorrealista italiano de aquellos años.[4] En 2004 se estrenó el documental Détour De Seta por Salvo Cuccia en el Festival Internacional de Cine de Locarno, que retrata los cambios que Italia experimentó en la segunda mitad del siglo XX a partir del trabajo del realizador italiano.