Por ejemplo: el género Salmonella es patógeno para los vertebrados, pero Salmonella typhi lo es únicamente para el humano, y en él, la cepa Ty2 es moderadamente virulenta (DL50=107), en tanto que la cepa 0-901 es poco agresiva (no suele producir muerte).
Tal como ocurre con la resistencia a antibióticos, la resistencia es un rasgo específico de cada patógeno que está ligada a la selección natural para su evolución.
A los organismos que se les ha inhibido su virulencia se les llama atenuados, y es el principio de base de la vacunación.
Estudios también han demostrado que ciertas políticas sanitarias pueden engendrar o acentuar la virulencia de un organismo.
La patogénesis mediada por el huésped es con frecuencia de importancia porque este puede generar una respuesta agresiva a la infección con el resultado de que los mecanismos de defensa son los que causan los daños a los tejidos del hospedador mientras la infección es contrarrestada.