Virtuosos de Fontainebleau

Albert Boadella definió la obra como una Contra carmen a partir de una visión tópica sobre los franceses.

[1]​ En marzo de 1986 fue estrenada en Madrid.

Una orquesta y su público protagonizan un peculiar concierto por una serie de malentendidos que gracias a dos personajes bienintencionados pero desafortunados como son un delegado de la Generalidad de Cataluña y un tramoyista andaluz, acaban por estropear la gala y abren un conflicto entre la orquesta y el público en el que pretende ser una sátira sobre la Europa de las Comunidades.

Se considera una de las parodias más arriesgadas del grupo.

[3]​ Una de sus escenas finales, en la que aparece el baile de una jota entre Jordi Pujol y la Virgen del Pilar provocó las críticas de un grupo ultraderechista y del arzobispo de Zaragoza cuando fue estrenada en Zaragoza el agosto de 1986.