La Virgen de la rosaleda es una pintura al temple y oro sobre madera trasportada sobre lienzo,[1] atribuida a Stefano da Verona o a Michelino da Besozzo, fechada hacia 1420-1435 y conservada en el Museo de Castelvecchio[2] de Verona (que la atribuye exclusivamente a Stefano da Verona).
Se encuentra entre las obras más significativas del estilo gótico internacional en Italia.
Se dedican a las actividades más dispares: leer (referencia a las profecías de la escritura sagrada), recoger pétalos de rosa (flor mariana), jugar con una fuente gótica (referencia a la definición de María como Fons gratiae).
Incluso el Niño participa de esta atmósfera cariñosa y adorable, metiéndose espontáneamente un dedo en la boca.
En el jardín hay dos sinuosos pavos reales, que dan un aspecto noble y suntuoso al jardín, y recuerdan, según un antiguo simbolismo cristiano, el tema de la inmortalidad de Cristo, ya que desde la era cristiana primitiva se creía que la carne de estas aves era inmortal.