En 1954, el cuadro fue coronado canónicamente por el prelado de Medellín, monseñor Joaquín García Benítez.
Sin embargo, a comienzos de 1802 José María y su esposa, Nicolasa Grajales fijaron su residencia en la naciente población.
Dicho matrimonio se estableció en el paraje de "El Roble", muy cerca al actual parque Cementerio, donde Buitrago tenía una pequeña propiedad.
El padre José Tomás Henao, cura párroco de Sonsón, solía celebrar en ella la eucaristía.
Ante dichos sucesos, Buitrago prometió levantar una nueva ermita a la venerada advocación; aunque murió al poco tiempo sin ver realizado su objetivo.
El padre Hoyos, entonces cura párroco, solicitó permiso para demolerla y trasladar la imagen a la iglesia parroquial.