En el Santuario se venera un óleo de la Virgen de Valvanera que data del año 1855; mismo que fue coronado canónicamente en 1954 por decreto del Papa Pío XII.
Prontamente el párroco de la ciudad empezó a realizar eucaristía con frecuencia en la ermita.
Sin embargo, la falta de recursos, las deficientes técnicas constructivas y el descuido de los habitantes hicieron que tanto la primera capilla como su posterior reemplazo terminaran amenazado ruina.
Ramón Hoyos, solicitó permiso para demoler el templete y trasladar la venerada imagen a la Iglesia Parroquial.
Posteriormente, se restauraron los cielos rasos de la casa cural, los pisos, ventanas y puertas.
[8] El 11 de abril del mismo año fue solemnemente consagrado el nuevo altar, en eucaristía celebrada por el Obispo diocesano Mons.