Por tan hallazgo milagroso se intentó llevarla a la capital grancanaria, cosa que resultó prácticamente imposible en el que se cuenta que, al llegar el cargamento de la imagen mariana al límite colindante municipal, la carga de las yuntas se hacía cada vez más pesada y a su vez disminuía la carga una vez regresaba al casco de la Villa.
Tal acto milagroso se atribuyó al deseo de la imagen por quedarse en la villa.
La primitiva imagen fue sustituida en el siglo XVI, por la que actualmente preside el Templo Mariano.
En el siglo XVII, se decidió donarla a la parroquia con motivo de sustituir la primitiva y pequeña talla.
En torno a esta ermita, un núcleo de población se integra, favoreciendo el crecimiento del pueblo.
A su vez, la imagen de la Virgen posee tres ricos mantos de vestir bordados en oro y oro blanco, los cuales son usados para sus festividades y resguardo en el camarín.
El conjunto de la decoración arquitectónica del camarín, está envuelto en una policromía pictórica en la que destacan los motivos vegetales.
Sobre la boca del Camarín se encuentra un gran penacho barroco del siglo XVIII y dos grandes ángeles que sostienen la guirnalda que pone marco a la imagen de la Virgen sobre un fondo de terciopelo rojo.
Se celebran 4 actos conmemorativos, como promesa a la Virgen por su voto de favor.
Se realiza una rama multitudinaria, venida desde Montaña de Vergara hasta el Templo Mariano.
La relación-petición fue dirigida al entonces Obispo de la Diócesis, Ramón Echarren Ystúriz, quien de forma harto elegante fue dando largas al tema hasta concluir los vecinos que no se inclinaba por la idea.