Viejo Viscacha
Su nombre fue intencionalmente escrito por el autor con la letra "S", si bien en castellano el animal de referencia se escribe con "Z" (vizcacha).[1] Aparece en la segunda parte del poema, La vuelta de Martín Fierro, publicada en 1879.El personaje se caracteriza por sus consejos inmorales, egoístas, misóginos, ventajistas y sin escrúpulos, que le imparte a su pupilo y lo hicieron célebre.Hernández dedica cinco cantos al personaje, “El Viejo Viscacha”, “Consejos del Viejo Viscacha”, “Muerte del Viejo Viscacha”, “El inventario de sus bienes” y “El entierro”, habiéndose dicho que «constituyen un auténtico libro dentro del texto mayor que los presenta».[2][3] Algunos de los célebres consejos del viejo Viscacha se han vuelto parte del habla cotidiana en Argentina, como «hacete amigo del juez», «cada lechón en su teta es el modo de mamar» y «al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen».