En esta desquiciante historia, Scorsese indaga una vez más en los sórdidos recodos de Nueva York.
Rodeado de heridos y moribundos, Frank se mueve en un mundo urbano nocturno, y está quemado por los años que ha pasado intentado salvar la vida a los marginados de la sociedad.
Los fantasmas de las personas que no ha podido salvar empiezan a atormentarle.
No puede dormir por las noches e incluso intenta que le echen del trabajo.
Jordi Costa señaló: «una de las más ásperas, incómodas y perturbadoras obras del único director americano de su generación que no ha perdido ni coherencia, ni atrevimiento».