Son silvestres y el color de su pelaje es beige o vicuña (marrón claro rojizo) en el lomo, blanco en la zona central y las patas, con variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan.Las vicuñas tienen las patas largas y delgadas, terminadas en almohadillas, aptas para caminar sobre varios tipos de suelos, incluso los pedregosos.El pelaje es denso, formado por fibras delgadas que crecen muy juntas, con el objetivo de proteger al animal tanto del frío como de la lluvia y el viento.Las vicuñas habitan las altiplanicies andinas de clima frío y seco.Estas familias ocupan territorios bastante fijos donde tienen revolcaderos en los que empolvan su particular fibra generando así un colchón de aire que la vuelve más aislante y evitando el afieltramiento (apelmazamiento) de la fibra.Estas señales tienen distinto significado si se dan juntas (macho + bosteadero) que si aparecen separadas: La defensa de las hembras y del territorio por parte de los machos se da tanto individualmente manteniéndose alertas y patrullando su territorio, o a través de comportamientos agresivos directos con peleas.A través de estos bosteaderos los machos reconocen si en su territorio hay hembras en celo (receptivas para copular), ya que el orín de estas hembras tiene un olor muy particular.Las hembras de vicuña que viven en los territorios familiares pasan comiendo la mayor parte del tiempo.Las madres quedan preñadas nuevamente a la semana del parto; entonces mantienen dos crías simultáneamente, ya que por un lado tienen una cría gestándose en sus panzas durante once meses y por el otro, la ya nacida, continúa amamantándose durante casi ocho meses.La fibra (lana) de la vicuña fue valorada desde tiempos preincaicos y aún hoy la obtención de la misma se realiza mediante la técnica ancestral denominada chaccu o chaku (vocablo quechua).Desde la independencia hasta aproximadamente 1950 se siguió cazando vicuñas sin límite ni control hasta que la especie estuvo en real peligro de extinción y solo quedaron 10 000 ejemplares en toda la puna de los cuatro países en donde viven.Tanto en Perú como en Bolivia las vicuñas se encuentran protegidas por ley.Hasta el inicio del proyecto MACS en Argentina solo utilizaban vicuñas en cautiverio.Siendo excesivamente caro el metro de este textil, escasos son los particulares que pueden darse este lujo que puede llegar a costar, según la calidad del textil, hasta tres mil dólares el metro en el mercado especializado europeo.Para la producción con fines comerciales se debe tener cantidades industriales entre 500 y 1000 kg (kilogramos), requiriendo contar con el apoyo económico o inversión inicial y la participación de todas las comunidades manejadoras de vicuña.