Vicente Castell Ibáñez fue un importante propietario, político y comerciante de Torrevieja.
La corporación municipal presidida por él nombró hijo predilecto de Torrevieja al canónigo Joaquín Torres García.
Vicente Castell Ibáñez se distinguió por su bondad y cariño hacia el prójimo.
A su muerte, hombres, mujeres y niños acompañaron al féretro, en una manifestación popular de duelo público.
Se cerraron establecimientos y talleres y hasta se paró el trabajo de las salinas para permitir a sus obreros acudir al sepelio.