Fue construida por el cónsul romano Marco Valerio Máximo alrededor del año 286 a. C., y más tarde prolongada a los territorios del Marsos y el Ecuos, en los Abruzos, como Vía Valeria.
Su longitud total era aproximadamente 200 km desde Roma a Aternum (actual Pescara).
Los historiadores afirman que la Vía Tiburtina debe haber surgido como un sendero durante el establecimiento de la Liga latina.
Es difícil determinar el último tramo del recorrido de la Vía Tiburtina desde Albulae Aquae a Tibur.
[1] Los principales monumentos y zonas arqueológicas que se encuentran en la carretera de Roma a Pescara son: