[3] La joven Ayako Inagaki está viviendo una etapa dulce en la vida y todo parece ir sobre ruedas durante su luna de miel.
Pero hay algo que empieza inquietarle a Ayako y es la extraña relación de Toshio con su madre, una afable y encantadora mujer de porte aristocrático, a la sazón viuda del embajador japonés en Londres.
La señora Takigawa está muy bien relacionada con la alta sociedad de Tokio, incluyendo la casa imperial, a la que el padre de Ayako, un ejecutivo ambicioso y esnob, quiere acceder a toda costa.
Considerada una sátira feroz e irreverente,[4] la novela aborda la hipocresía social reinante en la alta sociedad japonesa tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Como en anteriores novelas Mishima explora el lado más oscuro e inconfesable del ser humano.