Vera Giaconi
[2][3] El primero de ellos, traducido al hebreo, fue elogiado por la crítica, mientras que el segundo resultó finalista del Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero 2015 y fue traducido a los idiomas portugués e italiano.[6][7] El texto fue elogiado, entre otros, por el escritor Marcelo Cohen, quien lo comparó favorablemente con el realismo de las autoras Flannery O'Connor, Eudora Welty y Katherine Mansfield.[4] La escritura de Giaconi es realista y precisa, y presenta detalles que matizan la escritura para provocar un efecto que desconcierte e impacte al lector.[13] Al respecto, mencionó encontrarse influenciada por la escritura de los cuentistas Flannery O'Connor, Alice Munro, Katherine Mansfield, John Cheever, M. John Harrison, Lydia Davis, Felisberto Hernández, Mario Levrero y Armonía Somers.[2][13] Además, Giaconi es amiga de la escritora argentina Samanta Schweblin, con quien trabajó en su proceso creativo.