Casualmente cayó en manos del escultor Giuseppe Craziossi, padre del reputado especialista en arte paleolítico, Paolo Graziosi, quien se dio cuenta, inmediatamente, de su enorme interés, y la compró para donarla al Museo Pigorini.Por esta razón, su datación fue objeto de duras controversias: algunos la situaban en el Neolítico, ya que en la época muchos académicos no reconocían un Paleolítico Superior italiano, optando por una transición directa del Musteriense al Neolítico; sin embargo análisis posteriores en 1935 concluyeron que había que incluirla en el Paleolítico Superior, tomando como base las comparaciones estilísticas con otras venus conocidas.En efecto, esta escultura presenta importantes similitudes con las venus de silueta losángica gravetienses, cuyas industrias han sido descubiertas en los alrededores.Está erguida con la espalda arqueda, con pliegues adiposos en los riñones y con nalgas abultadas.La Venus de Savignano forma parte del Museo Pigorini en Roma.