De su vasta obra se recuerdan sobre todo los cuentos policiales del comisario Frutos Gómez, una versión folklórica del detective intelectual de veta holmesiana; el personaje gozó de gran popularidad, llevándose a la radio y el cine, y granjeó fama a su autor.
Cuentos correntinos volvió a granjearle el premio Mesopotamia, y sus obras vieron la luz en numerosas revistas.
El sentido del humor y la fina ironía de la narrativa, aunada a la crítica nacionalista a la seducción de los modelos procedimentales y culturales importados tout court de Europa, causaron sensación; la revista Vea y Lea reprodujo con frecuencia las historias del comisario en sus páginas y el director de cine ítaloargentino Catrano Catrani llevó la obra al cine con el nombre de Alto Paraná, con Ubaldo Martínez como Gómez y un jovencísimo Carlos Gómez como el cabo Leiva.
En 1961 Rubén W. Cavalloti realizó una premiada segunda parte fílmica de las historias del comisario, titulada Don Frutos Gómez.
Su actividad radial fue más intensa en estos años, adaptando sus cuentos al formato radiofónico y conduciendo varios programas de temática folklórica.