Vasos y besos

La canción «Mil horas» incluida en el álbum logró el puesto 14° de Los 100 hits del rock argentino por Rolling Stone en 2002, el puesto 77° en un ranking similar hecho en 2007 por Rock.com.ar,[2]​ y el puesto 38° en el ranking de las 500 mejores canciones iberoamericanas de rock por la revista estadounidense Al Borde en 2006.

[3]​ Con este material llega la consagración definitiva de la banda, principalmente por su segundo sencillo «Mil horas» y canciones como «No se desesperen» (de marcado sonido brasilero de carnaval, en este caso samba), «Sintonía americana» (disco), «Así es el calor» (hard rock), «Vamos al ruedo» (new wave) y «Chalamán» (reggae) que les brindan muchísima difusión constante.

Curiosamente, el álbum no contuvo la canción «Vasos y Besos» entre la lista de temas.

Con todos estos ingredientes, Los Abuelos de la Nada lograron un álbum exitoso que captó al público joven, los acercó al público masivo con las composiciones de Calamaro, sin perder la calidad que caracterizó siempre a la banda y en especial a la obra de Miguel Abuelo.

Luego de la presentación del álbum en Velez Sarfield, Daniel Melingo abandona la formación para dedicarse a su banda Los Twist, que estaba en pleno crecimiento con su primer disco La Dicha en Movimiento.