Por suerte, su elevada luminosidad las hace muy conspicuas por lo que, aunque su número sea muy escaso, son fáciles de detectar.Las erupciones son tan violentas que en varias ocasiones se han confundido con explosiones de supernova.No obstante, es posible que la presencia de estrellas compañeras también juegue un papel en las erupciones.Ese parece ser el caso para Eta Carinae, la VLA más conocida, y quizás también para P Cygni.Si la estrella sobrevive a la fase VLA, se convierte en una estrella Wolf Rayet, aunque también se ha propuesto que puede darse el proceso inverso y que las Wolf-Rayet de tipo WN ricas en hidrógeno sean las precursoras de las VLAs.