Se han propuesto para organizar la demanda de bienes en un orden socialista o no-capitalista, como el dinero convencional lo hace bajo capitalismo.
En la práctica la idea fue tomada también por el anarquismo clásico, en especial el anarcosindicalismo (proponiéndose para su uso tiendas de tiempo, tiendas colectivas, etc.), llegando en casos puntuales a utilizarlos de forma amplia (e.g.
Karl Marx rechazó esencialmente la idea en La miseria de la filosofía, especialmente dentro del capitalismo (I. cap.
Según Marx, la introducción de los vales de trabajo crearía una sociedad y una economía perezosas, ya que no habría concurrencia entre empleadores y empleados, por lo que nadie podría decir cuál sería el tiempo óptimo (mínimo) que se necesitaría para producir algo.
Sin embargo, posteriormente Marx defendió su utilidad como una manera de ocuparse temporalmente de cualquier escasez inmediata y temporal tras el establecimiento del socialismo.
Lo que el productor ha dado a la sociedad es su cuota individual de trabajo.
Y sin embargo, eso es lo que hacen los colectivistas al preconizar los bonos de trabajo.
[6]El Movimiento Socialista Mundial ha argumentado en contra del uso de vales de trabajo como un sistema permanente o temporal mientras se hace la transición a su deseada economía anarco-comunista basada en el libre acceso.
Los vales de trabajo implican que una organización administrativa muy grande debe vigilar quién se queda con los bienes producidos por la sociedad.
Eso es normal en una sociedad orientada a la ganancia, pero un desperdicio de trabajo humano en el socialismo.